Pigmalión fue el escultor de la Venus de Milo, una representación de su mujer perfecta, de la que terminó enamorándose perdidamente, llegando a enfermar de amor.
Afrodita, diosa del amor, se compadeció de él y dio vida a la estatua, haciendo realidad el ideal de Pigmalión. Así que, figuradamente se llama Efecto Pigmalión al hecho de que las expectativas que tenemos sobre las personas o situaciones, tienden a realizarse.
De niños nos influenciaron nuestros padres y figuras de autoridad, con palabras que definieron fuertemente nuestro autoconcepto y autoconfianza , y en consecuencia, a nuestra autoestima.
Una profecía autocumplida o autorrealizada es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad, o dicho de otro modo, es una expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que la expectativa se vuelva cierta.
El Efecto Pigmalión es uno de los sucesos que describe cómo la creencia que una persona tiene sobre otra, puede influir en el rendimiento de ésta ultima.
Se trata de un proceso psicológico que lo podemos dividir en cuatro fases.
- Las creencias que los demás tienen influyen en sus acciones hacia nosotros:
“El profesor que piensa que su alumno es inteligente, le da la palabra en clase, porque está interesado en lo que este tenga que decir”. - Estas acciones externas influencian las creencias que tenemos sobre nosotros mismos:
“El alumno, al ver que el profesor tiene interés en su opinión, adquiere confianza en sí mismo” - Las creencias que tenemos sobre nosotros mismos tienen influencia directa sobre nuestras acciones con los demás:
“El alumno se siente inteligente y confiado y empieza a participar más y a preparar más sus clases, pues siente que puede hacerlo bien” - Nuestras acciones hacia los demás determinan las creencias que estos tienen sobre nosotros:
“El resto de alumnos ven cómo su compañero participa de manera acertada y tienden a pensar que es listo y tiene confianza”
El procedimiento es circular y se retroalimenta porque en el último paso ejercemos influencia sobre el pensamiento de los demás y en sus acciones, por lo que volverán a incidir sobre nosotros.
El doble filo del efecto Pigmalión: positivo y negativo
El efecto Pigmalión funciona en ambos sentidos, condicionando hacia el éxito o hacia el fracaso. Lo que esperas de una persona, hace que te comportes de una manera u otra con ella. En nuestro día a día, nuestros actos responden a las expectativas y creencias que los demás depositan sobre nosotros: nuestra pareja, nuestros amigos, nuestros jefes, nuestros padres.
Por esto, podemos definir:
- Efecto Pigmalión Positivo: capacidad de las creencias ajenas de aumentar la confianza y autoestima del individuo. Por ejemplo, alabo a alguien por su destreza lanzando a canasta y desde ese momento tira con más confianza y marca más.
Físicamente, vemos como desde el punto de vista neurofisiológico, cuando alguien confía en nosotros el sistema límbico se acelera y con ello la velocidad de nuestro pensamiento, incrementando nuestra lucidez y energía, consiguiendo una mayor eficacia y eficiencia. - Efecto Pigmalión Negativo: también llamado Efecto Golem. Lo podemos observar cuando reduce el nivel de autoestima sobre el que se está influyendo. Las creencias negativas en este caso, terminan siendo sentencias pesimistas con efectos destructivos sobre la persona.
Se han realizado múltiples estudios en los ámbitos laboral, educativo y doméstico que, efectivamente, han demostrado el increíble refuerzo o detrimento que podemos producir en las capacidades de los demás con nuestra actitud hacia ellos. Por todo esto, USEMOS NUESTRAS PALABAS SIEMPRE CON AMOR Y NUNCA CORTEMOS LAS ALAS A NADIE por nuestras propias limitaciones mentales.